miércoles, 4 de julio de 2012

EL MINERU



Nací en la cuenca minera del Nalón,  una tierra negra que de tanto escanciarla con sidra y rondarla al compás de la gaita acabó creyéndose paraíso natural de verdes praderas. Ahí crecí yo, rodeado de hombres que tosían el polvo negro que les había comido las entrañas; de viudas que soñaban con que algún día el pozo les devolviera al compañero que les quitó y de gentes más pegadas a la tierrina que el carbón a la mina.

Un lugar donde la dureza se reparte entre todos para convertirla en fortaleza, donde hemos echado raíces y plantado ilusiones, donde está ese hogar que no queremos abandonar. Yo también voy a Madrid, para que escuchen mi voz, para que cada paso hacia la capital se convierta en un euro para la minería y para que en la cuenca del Nalón siga amaneciendo cada día.




5 comentarios:

  1. Nuestro corazón va a Madrid con los mineros, les acompañamos a cada paso.
    Besos desde el aire

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  2. Gracias a ellos nuestros inviernos han sido menos fríos, han trabajado y dado la vida por los demás. Al menos se merecen que se reconvierta el sector. Eso de cerrar sin más no tiene sentido.
    Abrazos

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  3. Qué buena aportación, Esperanza. Has hecho un pequeño boceto de la vida en esas comarcas.
    Vamos todos a una, que tu nombre es lo último que se pierde.

    Un abrazo.

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  4. Sí, Esperanza, todos avanzamos hacia Madrid con ellos, les mandamos nuestros mejores sentimientos de aliento y fe, para que al menos, no decaigan y consigan su objetivo.

    Un abrazo.

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  5. Solidaridad queo que es la palabra. Cuesta tan poco y da tanta esperanza.

    Un abrazo

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