Es de noche cuando llegan. Una marea de hombres de pies
cansados y ojos llenos de fuerza y determinación cruza el pueblo. Paran, hoy
tienen cobijo para descansar sus fatigados cuerpos. La marcha es larga y las
noticias que llegan de casa nada alentadoras. Luchan por su tierra, por sus
familias, por su trabajo, por el futuro que les niegan.
A veces, la tentación de volverse es muy fuerte y el
agotamiento no lo pone nada fácil, pero resisten, tienen que resistir y llegar
a las puertas del reino a reclamar, a exigir, lo que todos quieren y pocos se
atreven a pedir.
La historia tiende a repetirse.
Conmovedores palabras. Y eso oración del final, demoledora.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Rosa
Es muy bueno, amiga escribidora...
ResponderEliminarLo comparto
Besicos
Sí, Rosa, la historia tiende a repetirse, y es triste que nunca aprendamos de ella, y siempre sean los mismos los perjudicados, aunque cambien de color, de profesión o de vida.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato.
Un abrazo.
Uf, Rosa, esa historia que se repite, siempre reclamando por nuestros derechos, por la vida. ¿Quién ha irrogado a los gobernantes la capacidad de decidir nuestras vidas? Estamos tontos.
ResponderEliminarAbrazos
Habrá alguna justicia que se ponga del lado de quienes la necesitan???
ResponderEliminarA vece me entran dudas...
Breve y bello relato Rosa
Besos
Pero lo peor de todo, Rosa, es que siempre se repite para los mismos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los grandes logros se consiguen con pequeños pasos. Ojala que consigan sus propósitos.
ResponderEliminarUn beso.
Por desgracia tantas veces como estemos dispuestos a oirla.
ResponderEliminarSabia Rosa
Besitos