domingo, 1 de julio de 2012

EL SOL DE LA MINA

Mi vida ha sido siempre un negro agujero,
igual que la de mi padre y la de mi abuelo.
Ahora dicen que ya no puedo bajar
porque para la mina ya no hay dinero.

He vivido de la negrura del carbón,
he malvivido entre gases y sin sol,
acompañado de pico y de linterna,
tiznado de negro y regado en sudor.

Mi hijo se siente y quiere ser minero.
Le digo que, si puedo evitarlo, que ¡no!,
que en el abuelo y en mi se fije:
uno secándose y el otro ya se secó.

A la mina volvímos los  mineros,
porque la mina al fin no se cerró.
Para eso, todos unidos  en marcha,
habíamos salido a pedir solución.

A nuestros hijos volvió la esperanza,
pues, entre grisú, negrura y barrenos,
otra vez, sus padres trabajo tuvieron,
y la justicia fue, de la mina, el sol.


Juan José MartÍnez Alonso

4 comentarios:

  1. Ojalá este gobierno,
    que de todos se mofa,
    hagan al menos, realidad,
    tus dos ultimas estrofas.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. No te molestes, Juan José, era para no desentonar.

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    2. No tengo confianza alguna,
      esa, por desgracia, es la verdad.
      Por otro lado, no molestas
      Miguelángel, faltaría más!

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    3. ¡Vaya nivel de diálogos os lleváis!
      Yo solo quería decir, así, sin rimar, que este final nos gustaría a todos: Y los mineros volvieron a sus puestos de trabajo (aunque sea entre grisú, negrura y barrenos), volviendo la esperanza a tantas familias...

      Abrazos Juanjo. Abrazos Migelángel.

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