Mi
padre se va a ir a buscar mi futuro y el de mi hermano. El futuro es para
vivir. Piensa ir andando. A Madrid, que está en el centro del mapa. Se ve que
allí en Madrid tienen futuro para todos. El pueblo entero se va a por futuro.
Hasta el Serafín que no tiene hijos. Pero a lo mejor es para él. A veces uno
vive sin futuro y no se da ni cuenta. Claro, muchos siempre están en la mina y
allí todo es negro. Mi madre dice que como cierren la mina, no sabe qué va a
ser de nosotros. Y como no lo sabe, le da por llorar. No saber es lo peor. Le
he dicho que ya que papá va a Madrid a por futuro, que hable de paso con los
amos de la mina que viven allí, que les diga que no la cierren. Si lo pide por
favor, no la cerrarán. Como entonces sabrá qué va a ser de nosotros, mamá ha
sonreído. Acostados, se lo ha dicho a mi padre. Pero me he quedado entre triste
y asustado cuando he oído que él también llora cuando hablan de la mina.
Me gusta por la ternura, por esa mirada infantil...
ResponderEliminar¡Qué no la cierren!
Besicos
Sí, bonito y grave al mismo tiempo. Muy buen final.
ResponderEliminarLa incertidumbre del padre se transforma en miedo en el hijo. Un relato tierno y negro como el carbón.
ResponderEliminarUn abrazo,
Muy bonito, Miguel Angel.
ResponderEliminarY que no tenga que llorar nadie y que los mineros vuelvan con promesas firmadas en las manos mirando al futuro con la esperanza de verlas cumplidas.
¡¡¡Agua y aire para el camino por carretera!!!
Miguelángel qué bonito desde la inocencia de ese niño que sin comprender del todo, es capaz de sentir la preocupación de sus padres, y trata de consolar y dar soluciones que sólo están a la altura de un niño, a la altura de la inocencia.
ResponderEliminarBesos desde mi mar,
Te ha salido una tierna y desesperada eternidad Miguelángel, solo los niños son capaces de desenfadar la cruda realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a todos por vuestros comentarios. Ojalá, todo esto sirva ni que sea para entretenerlos, para despejarlos momentaneamente, de tanto despropósito gubernamental. O, al menos, para que sientan que no están ni mucho menos solos.
ResponderEliminarAbrazos