martes, 3 de julio de 2012

MINEROS DE CUENTO



Llegaron los siete a casa con la cabeza mirando a los pies y sin apenas palabras. Aún así, al sentarse a la mesa, el sabio dijo «por mucho que dé vueltas a la cabeza, no sé qué podemos hacer» a lo que el gruñón respondió «nada, como siempre», el feliz contestó «todavía tiene que haber esperanza para nosotros», el dormilón bostezó y el tímido se sonrojó. El mocoso, de tanto llorar, se había quedado sin mocos ni lágrimas y el mudito encogió los hombros con una mueca de tristeza en la sonrisa.

Entonces Blancanieves dejó sobre la mesa la bandeja con la cena: ocho manzanas envenenadas, y les dijo: «Claro que hay qué hacer, con este manjar salimos esta misma noche con todos los compañeros para Madrid. Nos van a oír»


5 comentarios:

  1. Coincido Anita, si comida envenenada nos sirven, con qué otra cosa podemos convidar?

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. Sí, los enanitos de la película eran mineros. Muy bueno lo de las manzanas.

    ResponderEliminar
  3. Las manzanas pueden ser para moverse del asiento, para lanzar o para envenenar a otros. Son más bien metafóricas, porque es cierto, que los hechos nos envenenan.

    ResponderEliminar
  4. Tus manzanas metafóricas dan mucho juego. A ver si oyen sus voces y el lamento de la mina de una vez.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar