jueves, 12 de julio de 2012


HOLA A TODOS.

HASTA AQUÍ ESTE ESPACIO LLENO DE SENSIBILIDAD Y EMPATÍA QUE NOS HA ACERCADO UN POCO MÁS A LA TRAGEDIA DE UN COLECTIVO QUE ENTIENDO, A LA MAYORÍA, NOS ES AJENO EN CUANTO A LO LABORAL, PERO DEMASIADO PRÓXIMO EN CUANTO A LO VITAL.

QUERÍA AGRADECER A TODOS LOS

COLABORADORES


LA PARTICIPACIÓN EN ESTE BLOG, PUES SIN ELLOS NO HUBIERA SIDO POSIBLE ESTA ANDADURA.

COMO EL FUTURO SE PRESENTA IGUAL DE NEGRO, O BASTANTE MÁS QUE EL PRESENTE, Y SÉ POR HECHOS QUE SOIS PERSONAS SENSIBLES, OS VOY A HACER UN REGALO, PARA QUE ESTANDO “VIGILANTES”, SI OS APETECE Y LO CREEIS OPORTUNO, ESCRIBÁIS ADEMÁS DE PARA CONTAR CUENTOS ENANOS, PARA PONER EL DEDO EN LA HERIDA, SIEMPRE QUE UN TEMA DE CARÁCTER SOCIAL (COMO EL TRATADO) LO MEREZCA, Y COLGUÉIS VUESTRO MICRORRELATO CRÍTICO EN VUESTRO BLOG, ACOMPAÑADO DE ESTA PEGATINA (MI REGALO).

 PARA LOS QUE PREFIERAN UNA TIRITA MÁS COLORIDA




PUES HAY INCENDIOS QUE CUANDO EMPIEZAN, NADIE PUEDE PARAR.

HASTA OTRA Y PESE A RESULTAR ABURRIDO, ME REPITO:
UN PLACER HABEROS TENIDO EN ESTE ESPACIO DE TODOS.

Y RECORDAR QUE CON VUESTRA VOZ, CON VUESTRAS LETRAS, DESDE VUESTRO BLOG, SOIS UN GRAN ALTAVOZ AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

PORQUE OTRO MUNDO ES POSIBLE PERO LO TENEMOS QUE HACER ENTRE TODOS

SANTA BARBARA BENDITA


 
MILES DE PERSONAS, CON OTRAS MUCHAS A SU CARGO PONEN SUS ALMAS LLENAS DE VIDA AL SERVICIO DE UN UNICO SUEÑO: PODER VIVIR, COMER, REIR… SIN MIEDO A LA NADA, QUE BAJO EL PARAGUAS DE LA CRISIS LES HA OFRECIDO EL GOBIENO.

MILES DE PERSONAS, CAMINAN JUNTAS, CON SUS MILES DE PIERNAS, PARA ENCONTRAR UN LUGAR LLAMADO “SOLUCIÓN”, DONDE NO TENGAN CABIDA LOS JUEGOS DE TRILEROS, DONDE LO DE UNO ES DE UNO Y NO SE LE ARREBATA.

MILES DE PERSONAS, ALZAN SU VOZ FUERTE Y CLARO, PUES SI ALGO TIENEN ES DIGNIDAD Y TESÓN, SI ALGO TIENEN ES CORAJE PARA ENSEÑARNOS AL RESTO QUE MILES DE PERSONAS PUEDEN ENTONAR UN ÚNICO CANTO, UNA ÚNICA LUCHA, UN ÚNICO PASO.


GRACIAS MINEROS, GRACIAS A SUS MUJERES, GRACIAS LEONESES, GRACIAS ASTURIANOS, GRACIAS TUROLENSES, GRACIAS HERMANOS… GRACIAS POR LO QUE HEMOS APRENDIDO

miércoles, 11 de julio de 2012

FOTOGRAFÍAS DE UNA REIVINDICACIÓN



Fotógrafo: Emilio Morenatti (AP)


LA MARCHA NOCTURNA FUE TODO UN ÉXITO LLENO DE EMOTIVIDAD

Fotógrafo: Emilio Naranjo (EFE)


LA DIURNA, CELEBRADA ESTA MAÑANA, ALGO MÁS TENSA



LOS ACUERDOS BRILLAN POR SU AUSENCIA



Y ESTE ESPACIO COMIENZA SU CUENTA ATRÁS


LOS QUE QUIERAN CERRAR EL MISMO CON UNA ÚLTIMA APORTACIÓN DISPONEN TODAVÍA DE 5 HORAS
LOS RECIBIDOS LOS COLGARÉ (SI LOS HUBIERA) ESTA MADRUGADA



LA MINA


El abuelo Tomás decía que cuando uno respira el polvo del carbón durante un año, se le queda la mina adentro para siempre.
–La sangre se te vuelve negra –aseguraba–, pero no todos son capaces de verlo. –Por eso quería que yo trabajase en otra cosa, que pudiese elegir mi destino.
El abuelo Tomás me contaba las verdades sin tapujos.
–Los niños saben entender las cosas como son. –Y se enfadaba cuando le hacían callar aludiendo a mi presencia.
Al abuelo Tomás le gustaba la oscuridad, y sabía ver a través de la negrura de la noche. Luego, durante el desayuno, me desvelaba las historias que allí ocurrían.
Nunca me mintió, de eso estoy seguro, pero sí se calló alguna verdad. Como cuando mi madre se cortó mientras cocinaba, y de la herida brotó un líquido negro, brillante.
Yo le interrogué con los ojos, sin embargo él no dijo nada. Tan solo arrugó la frente al confirmar que yo llevaba el pozo ya dentro.


martes, 10 de julio de 2012

EL CADALSO PINTADO EN NEGRO CARBÓN



Como cada viernes, de cada año, deberá cargar con la cruz a cuestas, con los pecados de todos.

En el difícil camino, caerá tres veces, recibirá golpes y desde la corona de espinas caerán gotas de sangre al suelo, los rayos de sol en ellas incidirán, brillantes y secas, reflejarán las caras de cada minero.

Un Cirineo ayudará en ese camino hasta Madrid y una buena Samaritana aliviará su dolor y fatiga con un paño, la Santa Faz,  donde el sudor, las lágrimas y la sangre entremezcladas dejarán su rostro grabado, como negro carbón. Subirá al Monte Gólgota, le atarán las manos al madero y se las clavarán, entre dos reos condenados, y a los pies, su Madre y su discípulo predilecto San Juan, allí gritará y llamará a su Padre, le preguntará:

- ¡Elohim, Elohim! ¿Por qué me has abandonado?

- ¿A quién llama? – alguien preguntó-.

-         A su padre- otro contestó-
-          
Perdonará a los dos ladrones y les prometerá el cielo, a diestra y siniestra. Después del último suspiro, su frente caerá. Tras el Descendimiento, un soldado asaetará el corazón de donde saldrán sangre y agua para asegurarse de su muerte final.

Lo enterrarán cubierto de lino, de pies a cabeza, en una mina y a los tres días resucitará. Visitará a los mandamases de Madrid y les hará recapacitar porque “Mi reino no es de este mundo”

CAFÉ AMARGO


 Durante el desayuno abre al azar el periódico y encuentra la página de los crucigramas. 11 Horizontal: Anagrama de carbón. Palabra cruzada por memorias y dolores vigentes. El casco del abuelo en la vitrina. El hombro caído del padre. La lumbalgia del tío picador. Su propia radiografía de pulmón, esa mariposa negra aleteando inmóvil desde la placa. B-R-O-N-C-A. Y después de tanto sacrificio, el estigma de tener que defender el puesto de trabajo, porque alguien, arriba, se ha encaprichado con el recorte. C-A-B-R-Ó-N.

Deja caer el lápiz que ahora rueda entre la taza y el periódico, como comienzan a rodar por la mesa sus lágrimas.


CAMINA



Hartos de picar sobre el negro carbón,
pica que te pica hora tras hora.
Es el momento, y dices camina…hay que salvar la mina.
Fuerte mundo este. Cabrón, solo da para enfermar y desilusión,
¿Cómo salgo de ésta? si mi vida…la de mi padre, mis hijos y mi gente
solo tuvieron ojos para esta fiesta.
Caminaremos desconsolados,
pero orgullosos de haber servido con un trabajo digno y nos sentiremos honrados.
Lucharemos por esta negra vida que nos ha tocado
Ansiosos de encontrar corazones tan blancos como los nuestros,
hartos ya, de tropezar con los tiznados que nos condenan a morir asfixiados.
Hartos, hartos, hartos, hartos de ser ignorados.
Hartos, hartos, hartos de quien la crueldad, las tibias y la calavera
esconden tras trapajos de colores esa negra bandera.
Hartos de que los intereses maten a los intereses,
de esperar que este mundo de una tregua.
Te dices, camina…hay que luchar para salvar la mina.

DERRUMBE


Gritaron desde arriba, lejanos, también él pero no le oyeron. Con la última llamarada de candil aún pudo echar una ojeada a la foto de sus hijos. 
La viuda sólo le recordaba con la cara tiznada.


MANIPULADO Y OFENDIDO


Manipulado y ofendido
Mi joven de ayer  ha muerto
Mi joven el que entró en la mina
Y hoy sale con  negrura en su retina

Manipulado y ofendido
Engañado y abatido
Con la mirada encendida
Suena en su mano la barrena
Suena la desgracia y la pena

Por culpa de los intereses
de esos, que son de otros
de esos que con sus lenguas
prometen y envenenan
el buen sentir de la gente
que sólo busca bienestar
para los suyos, para su hogar
para vivir dignamente
Por culpa de promesas falsas,
hoy me encuentro ante esta farsa
de las redes políticas
que menos dan y más quitan.

No he de callar  mi  voz
ni mi  paso he de parar
Muerto quedo si  callo
y  no  grito la verdad.
Por eso vengo a decirte
Aprieta el paso hermano
Levanta la cabeza y resiste
contigo estoy  y no soltaré tu mano.


LOS ÚLTIMOS PASOS




Estamos cerca del final de este viaje. Esta noche llegarán al centro de Madrid (Sol) las dos columnas de mineros que desde hace más de dos semanas emprendieron su particular Marcha Negra, ataviados con sus cascos e iluminando el trayecto con sus linternas. Y mañana por la mañana, será la gran manifestación frente al Ministerio de Industria.

Por ello, a partir de mañana, día 11, desde las 23 horas no recogeremos más microrrelatos, dando por concluida nuestra pequeña aportación a la lucha de este gran colectivo, y que independientemente de nuestro presente profesional, es también nuestra lucha.

Aprovecho para invitaros a todos los que habiendo participado, en caso de disponer de ella, mostréis la bala que guardáis en la recamara, y a aquellos que todavía no lo han hecho, a que os animéis a contribuir a una causa que os atañe más de lo que aparentemente parece.

Porque un mundo mejor es posible pero lo tenemos que hacer entre todos.

EN PIE DESDE EL VÉRTIGO


 Cada mañana es la misma historia. Ella prepara la comida de su hijo y su marido. Ambos son Rafael, y ambos trabajan juntos en la mina. Es la misma rutina diaria. Pensamientos silenciados en torno a la mesa, inquietudes posadas en el café que jamás verán la luz, miedos ocultos untados en mermelada.

El desayuno terminó y han de irse. Cada mañana la misma historia. Hace muchísimo tiempo que los reproches murieron por eso ahora apenas nacen en sus labios ella los reprime amargamente.

Ella los conduce al trabajo. Su mirada los ve partir, ser engullidos por el pozo que los dirigirá hasta las entrañas de la tierra. Es la misma rutina diaria. Acábatelo todo, no dejes nada de la comida, hijo. Musita en silencio que vuelvan, Dios mío, mientras se queda de pie, como cada día, desde el vértigo de su vida.

PESADILLA EN NEGRO


De niño tenía siempre la misma pesadilla: caminaba por una calle con su familia y cuando soltaba la mano de su madre, se caía en un agujero negro y desaparecía. El saber de antemano lo que iba a suceder y que nadie se diera cuenta, le angustiaba tanto como caer en el agujero.

De mayor cogió unas botas, el futuro de sus hijos, un chaleco amarillo, la hipoteca, una cantimplora, sus derechos laborales, algo de ropa y su dignidad; se lo cargó todo a la espalda en una mochila y se echó a la carretera con sus compañeros presintiendo, como entonces, que si la soltaba, el agujero negro que intuía bajo sus pies se lo
tragaría.


MI VIDA SIN TI


Nuestra historia comenzó como una cita a ciegas, a oscuras más bien diría. Yo era joven, ella no. Con el tiempo se convirtió en una relación de amor odio: no podía vivir sin ella, y respirar a su lado me mataba. Pensé alejarme, luego vinieron los hijos y la idea del abandonarla fue desterrada, quizá enterrada. Ahora otros deciden por mí. Aquellos que vivieron de nuestra historia, a los que les parecía interesante, hoy ya no la creen  jugosa. Da igual su nombre, se llame Maria Luisa o de cualquier otra forma, sellarán su boca y no podrá alimentarme, mientras  ellos  debaten en sus comidas de negocios. Hoy son ellos lo que  se lavan las manos. Desde sus  sillones de cuero, con sus corbatas, eligen por mí, yo entre el polvo del camino y con mi casco, lucho  por una promesa no cumplida. Me dijeron  que no dolería, que habría tiempo para adaptarme  a otra vida. Hoy es inminente,  me arrancaran de su lado sin  miramientos. Diré adiós a mi mina y atravesaré otra galería, otra con menos luz, la que me conducirá a un futuro incierto: el mió, el de mis hijos, el de los mineros. 

 

ELLAS


 Los mineros, mucho se habla últimamente de ellos, pero poco de sus mujeres, las mismas que también mantienen su propia lucha con marchas nocturnas entre los pozos para dar ánimo a los encerrados, acudiendo a instancias donde se les atiende con indiferencia o son desalojadas por la fuerza.

Imagen que quedara en el imaginario colectivo para nuestra vergüenza, se te encoge el alma verlas entonando el Santa Bárbara, ante la mirada impasible del gran hijo putativo de la  señora Esperanza.

Mujeres luchando por nuestro futuro, mujeres fuertes, curtidas en la angustia de la espera y cientos de entierros generación tras generación, mujeres capaces de armarse con palos y lanzar granos de maíz a los esquiroles para impedir la entrada a los pozos.

lunes, 9 de julio de 2012

MARCHA NEGRA


Emergieron del subsuelo, de las mismas entrañas de la tierra, con los puños en alto y ennegrecidos, camino de la capital del Reino. Atrás dejaron familia en sus pueblos. Por delante, muchos kilómetros que recorrer y la esperanza de encontrar una lámpara con el genio que les conceda un solo deseo: un futuro para el carbón.



PRIMER MANDAMIENTO


No es la mano de Dios la que hace girar el reloj de arena del mundo sino el empuje esforzado de millones de brazos y mentes, la aplicación de la suma de fuerzas sobre un punto preciso.
No es la mano invisible del mercado la que coloca cabezabajo al hombre, la que lo agita y lo estruja hasta vaciarlo por entero, sino una agrupación de ambiciones y poderes, hilos visibles si se quiere y se sabe dónde mirar.
No es la mano del gobernante la que lanza a las fieras sino el pueblo que no sabe adiestrarlas a su antojo, el que olvida retener para sí la llave de la jaula del gobernante.
Casi en el centro de la tierra, a pico y barrena, está escrito el primer mandamiento: «Invirtamos el reloj». 
 

MONOCROMÁTICO


Negro el carbón, el rostro y las manos. Las lágrimas derramadas y los pulmones quejumbrosos. También el futuro que luchan por cambiar. Lo único que no quieren de este color.

LA HOGUERA


El gobierno alimentaba con carbón una hoguera por la que habían desfilado sumisos inmigrantes, transportistas caprichosos, liberados perezosos, médicos acomodados, vagos profesores y maestros, funcionarios vividores, curritos derrochones… mientras el resto de la población aplaudía complaciente cada uno de los nuevos incinerados, sin percibir que en la plaza quedaban menos personas, mientras el cielo acogía a un número mayor de caprichosas cenizas levitando sin rumbo fijo.

Y ahora, paradójicamente, les tocaba el turno a los que con sudor, pico y pala extraían tan fogoso mineral y obstinados se negaban a morir abrasados por las llamas. Mientras los demás, mermada muchedumbre, se preguntaban como seguiría el espectáculo cuando no quedaran mineros. “Seguramente la hoguera caerá en desuso”, opinaban unos; “yo prefiero la guillotina” bramaban otros; mientras los más convencidos, superponían su voz a la del resto para sentenciar “siendo español, lo mejor es que vuelva el garrote vil”.


TIEMPOS VERBALES


El presente de mineros y clase obrera es luchar para evitar que su futuro sea cosa del pasado.

LOS HOMBRES DE MI FAMILIA


 “Elegí un trabajo duro - decía mi abuelo - pasé muchas horas en las entrañas de la tierra. Pero no me arrepiento, es parte de mi historia y también de la tuya, somos hombres fuertes”.

El gran Manuel, ¿qué pensaría ahora del oscuro futuro que planea sobre los que han seguido su oficio?
 Lo imagino viendo las noticias con los puños apretados y la humedad en sus ojos cansados. Lanzando todo tipo de improperios, levantándose del sillón decidido a corear junto a los mineros sus derechos. Luego mi abuela aparecería por la puerta y, con su carácter volvería a sentarle en el sofá.
Entonces él murmuraría para sus adentros las memorias de un pasado bajo tierra. Mientras ella daría gracias a Dios por tener un marido viejo y cascarrabias sin fuerzas para poder seguir una marcha negra. Aunque en realidad, su corazón estaría con las mujeres que sufren desde casa.

Imagino todo esto viendo a mi padre prepararse para la marcha, mi madre le ayuda, yo les observo desde el pasillo. Intento no llorar, pero me cuesta; entonces me agarro a los recuerdos de mi abuelo, para que me ayude a dejar en la retinas de mi padre la sonrisa de su hijo al partir.

domingo, 8 de julio de 2012

TIERRA




A Pedro le han enseñado desde pequeño que tiene que haber de todo en este mundo, y que aunque sea injusto, deben haber ricos y pobres, como los hay rubios y morenos, altas y bajas. Él se ve más del lado de los humildes, trabajando duro, dependiendo de otros que viven como ricos en sus mansiones lejos de donde el vive. Tiene un color preferido, que lo cubre enteramente cada vez que se gana la vida impregnándosele como regalo desde las profundidades de la tierra, la misma que su progenitor y el de éste, y así de varias generaciones, alimentaron con sus cuerpos. A esa donde también irán los vestidos de blanco, sin conocerla, sin sentirla sobre su piel; esos hipócritas ricos no lograrán sobrevivir en el más allá, a ellos no les enseñaron a ser terrenales; a Pedro sí a ser minero.
FOTO ROBADA DE PERIODISMOHUMANO (fotógrafo JAVIER BAULUZ 25-06-2012)


Son todos los que están en la foto, pero no están todos los que son. Aquí los tenemos, momentos antes de iniciar su marcha hace unos días, y ahora a las puertas de Madrid. En su rostro, como cabría esperar, todavía no se veía el cansancio con el que llegarán mañana a la capital, aunque si jugásemos a interpretar las caras saldrían mil y una preguntas: ¿tenemos futuro?, ¿de qué trabajaremos mañana?, ¿cómo mantendremos a nuestros hijos?, ¿dará marcha atrás el gobierno?, ¿servirá de algo la Marcha Negra....?

Cada uno ensimismado en su realidad, metido en su micromundo, intentando zafarse del yugo de infinitas preguntas con reprochable final. Sus problemas similares a los de los compañeros se singularizan en cada caso, atendiendo a mil variables que no les separan del objetivo común: luchar unidos frente al enemigo, ese que con su dedo acusador nos impide ver la luna, el mismo que nos promete un futuro mejor dando pasos sin retorno, el que sin tocar sueldos ni privilegios propios estrangula desde su sillón a los demás.

Y así, ataviados como cualquier otro día, para acudir al tajo y ganarse el pan que llevan de vuelta a casa, se disponen a emprender un largo camino, sin sueldo, sin evidencias, sin certidumbres, frente al sinsentido de unos políticos demasiados acomodados en la trona, donde con sus balbuceos guturales, sus idas y venidas,… dirigen el país.

Así, dubitativos, saben que independientemente de los logros que consigan, los brutales recortes que se han cebado con su sector no serán capaces de arrebatarles la dignidad. Y así, mirando al cielo, sin obtener respuesta de éste, emprendieron una marcha que mañana concluyen. Esperemos que podamos anunciar algún acuerdo, aunque como todos sabemos no será hoy, pues hoy es domingo, y nuestros políticos lo tienen reservado para acudir a misa y poder redimirse de todos sus pecados.

EL RESTO DEL REPORTAJE GRÁFICO LO PUEDES VER CLICANDO SOBRE:

sábado, 7 de julio de 2012

REFLEXIONES DE UN MICRORRELATISTA EN PARO: MINEROS


LOS MINEROS NO SON PERSONAS COMO NOSOTROS. Son animales mitológicos. Restos de una raza casi extinta que habita cerca del centro de la tierra.

DE LOS CANARIOS aprendieron a detectar las bolsas de grisú social. Perciben antes que nadie los peligros que están a una sola chispa de hacernos volar en pedazos. También los combaten. Antes que nadie.

EN 1934 se alzaron contra el gobierno republicano que ocupaba el partido ultraderechista CEDA. Preveían en sus carnes lo que el fascismo iba a acarrearles a los trabajadores del mundo entero.

FUERON APLASTADOS. Dos veces. En el 34 y también en el 36. Las dos por el mismo general Franco. Pero igual que las paredes de las casas retienen el calor después de que el sol se haya ido, las galerías de la mina conservan la memoria mucho después de muerto el minero. En 1962 volvieron a levantarse. Una cosa es que te derroten dos veces y otra bien distinta es sufrir la derrota de la semiesclavitud y el hambre por el resto de la eternidad. Fueron detenidos y apaleados. Gaseados y torturados. Se les disparó y se humilló a sus mujeres rapándoles la cabeza.

VENCIERON. El matarife del Pardo tuvo que ratificar sus reivindicaciones en el Boletín Oficial del Estado. A partir de ese momento, el Régimen no volvió a dormir tranquilo. El apaleado pueblo español comprobó que hasta la más férrea dictadura se echa a temblar cuando se tienden lazos de solidaridad, determinación y resistencia. Un golpe de pico abrió la grieta que terminaría por demoler la inexpugnable fortaleza del terror.

CINCUENTA AÑOS MÁS TARDE, los mineros vuelven a levantarse. El motivo es que los amos han decidido condenarles al paro forzoso, la emigración y el hambre. La justificación es que los necesarios recortes del presupuesto hacen inevitable el cierre de las minas. La verdad es que se está produciendo un saqueo generalizado del patrimonio colectivo a favor del capital financiero, y que ese expolio del dinero de todos se emplea en recompensar a los mismos causantes del recorte de los presupuestos, que no es otra cosa que recorte en las condiciones de vida de los trabajadores.

COMO EN EL 34, como en el 62, los mineros se levantan contra un poder que amenaza la forma de vida de la inmensa mayoría de la población. Como entonces, son un ejemplo de valor, dignidad y resistencia.

COMO EN EL 34, como en el 62, han recibido el apoyo de otros miembros de su raza casi extinta, seres que comprenden que bajo la tierra no existen las líneas que separan Inglaterra, Chile o Alemania, sólo propietarios y desahuciados, sólo la clase trabajadora resistiendo los envites de la dominante. Los mineros, esos animales mitológicos, esos seres de cuento, lo han entendido perfectamente; falta que lo entendamos el resto de nosotros.

NEGRO, NEGRÍSIMO

 
En su carta a los Reyes Magos, a Marianito le faltó papel para escribir todos sus deseos, así que hizo trampa y sobornó a su prima con unas chuches, «sales ganando, tú hazme caso». Y aprovechó bien su espacio, ya lo creo.  Lo primero que se pidió fue una máscara de carnaval, como habían hecho sus hermanitos mayores, el Joselu y el Josemari, que, oyes, les había dado su juego.  También añadió a la lista una cartera de piel, un gabinete de asesores, que nunca se sabe, y un par de negros, por si acaso. Como su amigo Felipe, para no pillarse.

El día señalado, el pequeño se encontró con todos sus regalos y alguna sorpresa más. Al salir a la calle con sus juguetes, comprobó con regocijo que los demás niños, salvo Soraya, Luis y alguno más, se lamentaban, sin saber qué hacer con unas piedras de carbón entre sus manos, que les tiznaban el rostro y la ropa, «nos hemos portado mal», repetían, mohínos, «tenemos que ser más obedientes este año».

Y, de momento, ahí siguen sin saber por dónde tirar. Y la prima, amenazando con cobrarse lo suyo.


EL MEJOR COLOR DEL MUNDO


 Llueve, en la ventana resbalan las gotas cuando  mi hermano pequeño arranca a llorar. El niño tiene los ojos negros, madre dice que es porque padre pasaba mucho tiempo en mina. Cuenta que poco a poco la vida fue perdiendo sus colores, que con el paso del tiempo el negro de la mina lo fue tiñendo todo: la alegría, la ilusión;  hasta a nosotros mismos. Que su sangre ya no es roja, que es negra, de tanto sufrir día sí y día también por ver que la única fuente de ingresos de la familia pende de un hilo. Me asegura que padre marcha hacia la capital porque el futuro que le espera es tan negro como ese carbón, que hasta hace cuatro días arrancaba en las entrañas de la tierra. Madre  acaricia mis trenzas con dulzura; ¿lo ves? Tu pelo también.  Entonces me doy cuenta de que en los cristales el sol ha dibujado un gran arco iris,  cojo de la mano a madre para que esas lágrimas que resbalan silenciosas por su rostro, se tiñan de rojo, de añil o de verde, el color de la esperanza.

MUERTE EN LA TIERRA


La mina vacía me ofrece su garganta oscura con sus paredes de bombillas apagadas. Observo los raíles fríos de una vía muerta. El ruido lejano de un montacargas irrumpe desde lo más profundo. Una lágrima de añoranza, desciende de mi rostro. Cae y se entierra en recuerdos de un glorioso pasado. El ruido es cada vez más cercano. Las cajas de dinamita guardan vacías a mi izquierda. Un casco duerme arropado por su propia sombra. La vida en la mina hace tiempo que desapareció. Se la llevaron a otros siglos, a otros lugares. Ahora no es nuestra, ya no nos pertenece. Hubo un tiempo que lo fue, antes de la marcha negra. Antes de que todo acabara. El montacargas se detiene al final del túnel y la puerta se abre. Una vagoneta vacía me busca. No voy a huir. Esta vez no. El humo del montacargas me envuelve. Toso continuamente desde hace un tiempo. Ahora, ya no tiene importancia. Me dejo llevar por la vagoneta hacia la oscuridad, mi sudario en estos últimos años y, que un buen día, alguien decidió arrancarme, dejándome desnudo e indefenso. Mi último exabrupto es engullido por la oscuridad de una mina cerrada. Una más.

viernes, 6 de julio de 2012

UNIDAD


Setenta días sin ver la luz. Como minero estaba acostumbrado a la oscuridad que significa penetrar en la entraña de la tierra pero, aquel derrumbamiento en la mina chilena de san José le había dado otra experiencia: la de aferrarse a la luz de la esperanza unido a sus compañeros de encierro para no desfallecer.

Mientras me lo contaba, sin aspavientos ni adjetivos, recordó el conflicto de los mineros españoles: “sí que está negro eso, ¿sabe usted si cerrarán la mina? Porque es duro el trabajo pero más duro es no tenerlo. Señorita periodista, por favor, dígales a esos que se mantengan unidos, no importa lo que suceda, juntos le encontrarán la vuelta, que sean uno.”

LA ILÓGICA VENGANZA (A LA MARCHA NEGRA)



Humillados porque, moralmente, les seguían trayendo carbón, 

los mandantes decidieron ir, literalmente, a por la mina.